GRAN NOCHE DE SOPEÑA Y SU BANDA. POESÍA, ROCK Y EMOCIÓN

13.06.2024

ANTÓN CASTRO. Facebook          31 mayo 2024 10:45

Con una banda, excepcional y cómplice, de grandes profesionales, Gabriel Sopeña presentaba ayer su disco 'Desiertos' en Las Armas, el tercero tras 'Mil kilómetros de sueños' y 'Sangre sierra' en Las Armas. Estuvo inspirado, entregado, se entendió con el público y los músicos y ofreció lo mejor de sí mismo, sudoroso y feliz. Fue delicado en los homenajes, recordó en varias ocasiones a Mauricio Aznar (tuvo la cortesía de dejársela cantar a la segunda voz, que dará mucho que cantar, e inmensa amiga Eva Lago), elogió 'Mai' de Ánchel Conte y ofreció, como había hecho en el Teatro Principal, quizá el momento más emocionante de la noche con la joven ya citada Eva Lago. Gabriel se emocionó como nunca: recordó a su madre y estuvo al borde de las lágrimas. Dijo que era el ser en la tierra, de entre todos los que había conocido, que más cerca estaba de Dios. Tocó temas nuevos, de álbum (bastantes, algunos tan bellos como 'Coartadas' o 'Tú eres mi camino de Santiago'), y de su repertorio. Y la gente -amigos, seguidores, curiosos, periodistas, melómanos, muchos músicos-, disfrutó de verlo con energía, con mucho que decir y cantar, con buen humor, como el trovador eterno que sabe mezclar una lírica elevada, llena de metáforas y símbolos, con los vaivenes del rock. Y fue, como siempre, un juglar que se compromete con su tiempo y que le saca un jugo extraordinario a cuanto vive, a cuanto sueña y a lo que pasa a su alrededor. Y, además, y esto ya es sabido, cuidó y mimó a sus músicos y los retrató con inmenso cariño y respeto.