Sopeña (siempre) apuesta por el rock and roll
NACHO ESCUÍN Diario de Teruel. 31/8/2023
Noche de luna llena en Teruel. En el Jardín de la Fundación Amantes se agrupaban un buen número de seguidores de la buena música en busca de una nueva dosis de la misma de la mano del maestro Sopeña. Uno no es maestro exclusivamente por dedicarse a la docencia, como es el caso, lo es también por enseñar lo mejor de la vida de forma continua. Sopeña enseña siempre, su actitud ya es un mensaje a los presentes, su manera de entender la música lo es también.
Los que se reunieron frente al escenario del Jardín lo hicieron gracias al esfuerzo del Instituto de Estudios Turolenses en su 75 aniversario, y a la extraordinaria gestión de la Fundación Amantes que realiza Patricia García. Es necesario destacar el trabajo de las instituciones cuando es excelente como el de la Fundación Amantes, primero de la mano de Coca López Juderías y ahora de la brillantísima Patricia García. No solo de criticar vive el hombre y nobleza obliga.
Se reunieron en la citada noche de luna llena para disfrutar del espectáculo que Sopeña ha preparado con mimo para celebrar su 40 aniversario en los escenarios. La verdad es que parece mentira que ya hayan pasado cuatro décadas. Sopeña está en un momento dulce, cada canción está interpretada en estado de gracia, diría que casi son mejores las versiones que ahora realiza que las versiones originales de las mismas. Si tienen opción de ver a Sopeña en acción en esta gira no dejen de hacerlo, es una búsqueda constante de la perfección y del saber hacer de un músico que ha sabido rodearse de una banda en la que todos saben lo que deben hacer en cada momento y en la que Sopeña destaca bien arropado y también lo hace cuando se queda solo en el escenario.
Ellos, sus acompañantes en esta celebración, son Óscar Carreras, Jorge Gascón, Guillermo Mata, José Luis Seguer, Julio Calvo y un regalo para los oídos llamado Eva Largo –y citarlos es de justicia poética ya que están todos magníficos en sus funciones.
Decía que Sopeña enseña sin parar y que su actitud lo es todo, pero también hay que decir que la poesía y el rock corren por sus venas y saben a Más birras, El Frente, Ferrobós o al mejor Loquillo. Cuando uno acude a este espectáculo realiza un viaje por 40 años de la historia del rock&roll en nuestra comunidad sin moverse de su asiento, disfruta de la alegría y la felicidad y también lo hace de los momentos de nostalgia y tristeza que fueron fuente de inspiración para las letras de las canciones que solo un gran poeta puede escribir.
Las ciudades cambian sin parar, decía Sopeña, y los habitantes de las mismas lo hacen al son de sus vidas y al inexorable paso del tiempo también. El lujo de la tristeza se combina con la plena ilusión de los nuevos tiempos y Sopeña glosa esta experiencia personal obligatoria con canciones que son himnos de las propias vidas y de nuestros tiempos. Sopeña es moderno de forma permanente, sabe adaptarse a los cambios de época y sabe adaptar sus canciones a los signos de cada tiempo.
La vida, la carretera y los escenarios son para valientes o para los que saben arriesgar para alcanzar la gloria, y Gabriel Sopeña no solo es sabedor de esta máxima, lo experimenta sin parar y arriesga en cada concierto. Sopeña es un músico excepcional y este concierto ha sido un regalo para aquellos que pudieron asistir en la noche de luna llena a un lugar mágico como el jardín de la Fundación Amantes. Una noche mágica de la mano de un maestro que enseña incluso sin darse cuenta de que lo hace a cada instante. No se puede pedir más, sigan a quien apuesta por el Rock&Roll, no lo duden, acaso en noches como esta es más fácil ser feliz.